Al fin tengo un momento de paz en el que puedo conectarme y escribir acá. Ahora no hay nadie en casa, y los únicos ruidos son mis dedos contra el teclado y el viento afuera. Por la tarde, estar en este lugar es un infierno, están agrandando la casa y por ende, esta lleno de desconocidos albañiles por todas partes. Hay ruido de martillazos que me despiertan a las ocho de la mañana, y papá esta bastante histérico por todo el quilombo, que según tengo entendido, va a durar tres meses. No lo quiero ni pensar, es el segundo día y ya quiero mandarlos a todos a la mierd.. Pero por suerte, soy bastante paciente. Aunque mirándolo por un lado positivo, todo este tema hace que mis viejos desvíen su atención de mi, asique nadie parece darse cuenta de si como o no, si estoy en casa o si estoy en china tomando un té.. Necesito tranquilidad.
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