Voluntad.

Esta mañana me levanté con un dolor de cabeza insoportable, al intentar incorporarme en la cama todo me dio vueltas y sentí nauseas. Logré pararme y me observé en el espejo gigante que tengo en frente de mi cama: Tenía enormes bolsas negras debajo de los ojos, que se veían bastante rojos y cansados, los labios los tenía paspados y violetas. Estaba demacrada. En ese momento me empezó a dar frío, y mientras buscaba algo para abrigarme me empezó a doler la panza, cada vez más fuerte, y me acordé que hace días que no comía. Pero no iba a quebrantar mi ayuno, estaba totalmente decidida a no parar. Me tomé un café y me relajé, otro día más no me va matar, o eso pensé.
En este momento estoy acurrucada entre muchas capas de ropa, en la oscuridad de mi habitación. Y así me quiero quedar, tranquila, quieta, inquebrantable, imperturbable, sola en mi propio delirio mental. Sola en mi dolor. No me importa nada más que seguir bajando de peso.

He dicho.
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