Bicho raro.

Hace una semana ya que empecé las clases, como debería haber echo hace cuatro años. Me provoca cierto odio y bronca estar sentada en mi pupitre en un salón de clases, con la profesora dictando cosas que no sirven para nada, o compañeros de clase hablando de haberse puesto en pedo con un frizzé, escuchando cumbia o hablando del fulano o mengana que se comieron en algún boliche de mierda. Pero qué carajos les pasa. Yo no pertenezco y espero nunca pertenecer a ese lugar, definitivamente no es para mi, no hay ninguna manera en la que yo pueda encajar con esas personas. No soy igual, para nada. No odio la escuela, odio a los individuos en general que me tocarán aguantar cinco días a la semana, por al menos estos tres meses que quedan de clases.
Hay algo que siento muy raro en mi, pero no sé que es, nunca pude ser o comportarme como los demás jóvenes de mi edad, soy un bicho raro en mi escuela (Quizás por eso nadie me habla, y espero que no lo hagan nunca), soy un bicho raro en mi casa y para la sociedad. No me queda otra, es el colegio o el internado.
Me siento siempre en el mismo lugar, en el medio y adelante de todo, detrás mio un chico que nunca habla, al lado de ese una chica que siempre le chupa las medias a la profesora, al costado izquierdo cuatro pelotudos que quieren la atención todo el tiempo, del otro lado a la derecha un par que dentro de todo son tranquilos. A veces en clases, al escucharlos u observarlos me dan ganas de matarlos, de torturarlos o verlos llorar. Parecen un montón de nenes con pañales grandes, no los odio en realidad, pero no los considero de mi misma "especie". Hace un tiempo atrás quizás les hubiese hablado o algo, pero ahora prefiero quedarme callada observándolo todo, rayando mi carpeta cada vez que un pensamiento negativo se me cruze por la mente.
Me encanta ser este bicho raro.