
Siempre tuve la idea de que vivir al límite era lo mejor, que estar siempre al borde de la muerte era el éxtasis de la vida. Y puede que tenga razón, tanto como puede que no. En la vida, la realidad te la creas vos. Lo que es bueno, lo que es malo, lo que esta bien y lo que esta mal lo decidís vos. Quizás para algunos una buena vida sea estudiar, conseguir un empleo y mantener una familia. Pero para mi, no. Mi buena vida es la que tengo ahora, una vida promiscua, lleno de excesos, de sustancias, de música, de descontroles, de momentos bizarros y salidas inolvidables. Parece salido de una película yankee, pero no, es el mundo real, y lo estoy disfrutando. Tiene sus lados negativos, como las resacas, no acordarse de lo que pasó el día anterior o moretones inexplicables. También estoy alejando a muchísimas personas de mi lado, aunque estoy conociendo personas que son iguales a mi, lo cual me hace sentir menos sola. Las cosas están cambiando mucho. No sé si esta bien, no sé si esta mal, no sé si quiero averiguarlo. Solamente me limito a disfrutar.
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